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Trayectoria


 

 

 

 

 

 

COMO COMENCÉ CON LA FOTOGRAFÍA

Desde chico me interesó la fotografía, recuerdo que me pasaba las horas mirando una enciclopedia que había en mi casa, hasta que un día corté con una tijera la foto de un “Moais”, esas esculturas de la isla de Pascua para pegarla a un cuaderno, terribles penitencias, arruiné el tomo.

A los 9 o 10 años (C.1958) le pedí prestada la cámara a mi madre, era una Agfa Geavert Gradosol, de la década del 40 que lleva película 120 mm, generalmente eran de color negro, sencillas, con una lente que sale como un tirabuzón, pero la distancia era a ojo y 2 posiciones de abertura de diafragma. La tengo en una vitrina en casa como un trofeo, con ella tomé mis primeras fotografías, hasta tengo la caja original, funciona a la perfección, además mis padres fotografiaron a mi hermana, familiares y a mí de chico, tengo muy bien guardados algunos de mis primeros negativos.

Pasaron unos pocos años y con un gran y entrañable amigo José María Soto, en 1965/66 comenzamos a hacer laboratorio, muy rudimentariamente, que emoción cuando vi aparecer la primera fotografía en la cubeta, él sabía más que yo y me enseñó muchas cosas, otras las aprendimos juntos.

Cuando fuimos al estreno de la película Blow Up (1966) de M. Antonioni no sabíamos qué se trataba de una historia en torno a un fotógrafo, salimos del cine enloquecidos, queríamos tener la misma cámara del actor, recuerdo que era una Nikon F, además de otras marcas que aparecen en el film.

Recuerdo que este amigo tenía una cámara que era mejor que la mía, hasta con estuche de cuero marrón, pero sin telémetro y sin fotómetro, era 35 mm, no puedo recordar la marca, no era conocida, se parecía a la Agfa Silette, pero no tan buena.

Un día José María me llama para avisarme que tenía una Olympus Pen FT réflex, de medio cuadro y una ampliadora Durst, salí corriendo para la casa, que bellezas de equipos, mi amigo me regalo su vieja cámara, lamentablemente no la tengo la perdí de vista hace más de 30 años, me encantaría reencontrarme con ella.

Con esa cámara saqué miles de fotos, soñaba con las fotografías nocturnas, los flashes era cosa de profesionales, ni hablar, bastante que podía comprar rollos color.

Conseguimos libros de fotografía y así fuimos aprendiendo, como la nueva cámara de José María tenía fotómetro, él me decía su lectura para tomar la mías, fueron días espectaculares, que me gustaría volver a vivir. Era muy buen fotógrafo, había estudiado dibujo y sabía de composición.

Lamentablemente dejó la fotografía hace muchos años, es una pena porque es una persona que naturalmente tiene un gran sentido de la estética.

También utilicé la sencilla Kodak Instamatic y otra, que era una versión superior de las Kodak 110 mm, era electrónica algo muy raro para 1972, pero eran camaritas muy simples.

En 1973 y gracias a otro gran y querido amigo José Ricardo Gómez Remedi, pude comprar mi primera réflex, recién salía la Olympus OM 1, la cámara SLR más chica del mercado todo un avance del 35 mm. Excelente cámara, cuántas satisfacciones que me dio, compré algunas lentes, qué calidad y ahora tenía fotómetro y telémetro, qué fácil era tomar fotografías, no fallaba nunca.

Con ella saqué mis primeros premios y bueno, ahí comenzó otra etapa, con más tecnología, con mejor laboratorio, comencé a estudiar y leer grandes libros como los de Michel Langford, con él aprendí muchísimo.

FOTO CLUB BUENOS AIRES

En 1980/81 me asocié al Foto Club Buenos Aires, hice varios cursos, me presenté más seguido en concursos, me fue mucho mejor en el exterior que en Argentina, hasta en países muy lejanos.

Conocí gente extraordinaria, maestros como el profesor Francisco Pancho Pontoriero, amigazo, un genio de la fotografía de naturaleza y paisajes del sur, el profesor Feliciano Jeanmart, maestro del retrato, el profesor Juan Carlos Marano, excelente persona, gran fotógrafo y otro talento que tiene nuestro país, el profesor Juan Carlos Villareal, de quien yo siempre digo que es el Dalí argentino y no exagero, sabe tanto que podría escribir 1000 libros y no le alcanzaría para decir todo lo que sabe.

También conocí los que hoy son grandes amigos y otros maestros de la fotografía, con ellos aprendí muchísimo, fueron mis profesores en aquellos años y llevo el mejor de los recuerdos.

INAUGURO MI ESTUDIO

En 1985/86 inauguré mi estudio en Posadas y Av. Callao con el apoyo de otro gran amigazo Jorge Lima, con otras cámaras y con formato medio, flashes de estudio, fondos infinitos, con un excelente laboratorio para darme los gustos personales, hice fotografía publicitaria, retratos, “books”, etc., me fue muy bien.

Experimenté con distintos tipos de revelado y logré tomar fotografías a 16.000 ASA, algo increíble, no había fotómetro que lo midiera, tenía que hacer un cálculo para lograrlo, siempre me gustó ver danza y ballet, pude hacer esas fotografías en los ensayos de teatro con muy poca luz y algunas de esas imágenes fueron seleccionadas en salones.

Esas fórmulas y aquellos experimentos los tengo apuntados minuciosamente en un cuaderno; les dediqué mucho tiempo.

En aquel estudio tomé una de mis fotos más premiada “El Alma del Saxo” que está en la cabecera de las Galerías, un sobrino de José María, estudiaba saxo, llamado Francisco Karothy fue el anónimo modelo, la distinción que más me emocionó fue la que obtuve en Japón, un Salón muy difícil que organiza un diario local, donde compiten todos contra todos, color contra monocromo, contra naturaleza, contra periodística, etc. y con el mismo nivel de distinción queda solo un 10%, el resto se va.

Mi mujer estudió en el Teatro Colón maquillaje para teatro, cine, fotografía y Tv y fue “la víctima” que soportó horas, días y años de tener la vela cuando estaba preparando algún proyecto, ella maquilló magníficamente la máscara de esta fotografía, además su intervención era imprescindible en los sesiones con modelos, algo que hay que tener muy en cuenta si se quiere hacer un trabajo profesional, no se trata de "maquillaje de fiesta", requiere de una técnica muy difícil, puede llegar a ser el 50% de una fotografía, por supuesto que cuando era comercial, ella cobraba y muy bien, además trabajó para varios fotógrafos amigos.

Más adelante esa fotografía obtuvo aproximadamente 18 o más distinciones nacionales e internacionales, algunas más importantes que otras, También obtuve distinciones en distintos países con muchas otras obras, sinceramente tuve suerte.

¿Todo eso resulta un gran masaje de ego, es como rendir examen y aprobar, creo que para un fotógrafo es muy importante aprobar esos exámenes, terrible es cuando pasan varios salones y uno no aprueba con ninguna obra, se siente un profundo dolor, entonces nos preguntamos, “qué hice mal” ?, “en qué me equivoqué” ?, resulta muy difícil ser objetivo con lo que queremos.

Lo más importante es no rendirse y seguir avanzando, estudiando, por eso los juzgamientos públicos, son muy valiosos, esos experimentados jurados nos pueden guiar a perfeccionar una foto o a descartarla.

Pero ojo, los jurados no son infalibles, también se equivocan, entonces debemos probar en varios salones con una fotografía para descartarla, “El Alma del Saxo” fue rechazada en el primer salón de pocos trabajos; ¿alrededor de 500 obras, fue en el interior de nuestro país, entonces me pregunté qué pasó? Igualmente la mandé a otros salones y fue distinguida tal como sucedió luego en Japón entre casi 15.000 autores. Vale decir que no era tan mala como para rechazarla.

Hasta hoy lo único que no hice en fotografía fue “sociales”, nunca me gustó, es difícil, redituable y es una buena gimnasia fotográfica, da mucha velocidad para captar oportunidades, como sucede con los reporteros gráficos, ven la foto, la sacan y después la piensan, pero a mí no me gusta.

CIERRO EL ESTUDIO

En 1993 debido a que en mi otra actividad tuve que desarrollar una gestión muy delicada, y el tiempo no me alcanzaba, cerré el estudio con gran dolor.

Vendí todo menos mi equipo 35 mm y el laboratorio. Seguí con la fotografía como amateur presentándome a algunos salones, pero con mucha menos frecuencia.

En esos tiempos comencé a experimentar con el video con mi querida sobrina Agustina, cuando tenía unos pocos años. Esto fue en 1992, y en 1999 descubrí el video digital, más atrapante todavía, todo un mundo nuevo de edición en PC, realicé algunos cortos, me puse a estudiar toda esta técnica, viví un gran noviazgo con el video, hasta que volví a la fotografía.

LA ERA DIGITAL

Comencé con las pequeñas cámaras digitales, pero no era suficiente, no me convencía totalmente, había que esperar que llegara más tecnología, mientras tanto vendí todo mi equipo tradicional, sólo me quedé con la réflex de un amigo como recuerdo y con otra camarita autofocus.

¿Se acercaban a pasos agigantados los nuevos equipos digitales, en un mes todo cambiaba, y qué era lo mejor? Vendí todo lo que tenía de video y me quedé esperando con el dinero en el bolsillo.

Poco a poco adquirí al principio cámaras compactas, luego réflex DX, y hoy réflex cuadro completo (full frame), no solamente son importantes los mega píxeles. Busco calidad, mejores sensores y más grandes.

RECOMENDACIONES

En los Tele Zoom considero muy importante la luminosidad, yo recomiendo que, si no se puede comprar una lente luminosa, esperar hasta reunir el dinero. Son lentes muy versátiles, cómodos y cancheros. Para mí, desde que se crearon, sentí que les faltaba algo, cierta calidad final a las imágenes, aún en la fotografía tradicional. Esto ha sido tema de discusión con fotógrafos amigos, trabajar de cerca con un 80-200 mm es muy difícil, hay muy poca profundidad de campo, tiene que tener por lo menos f 2.8, entonces mejora bastante el resultado, son ideales para fotografía rápida a media y larga distancia, naturaleza, deportiva, teatro, etc., además se debe trabajar a altas velocidades, como mínimo a la distancia que se está trabajando, pero jamás se puede igualar con una lente fija, eso sí es calidad,

Retrato o fotografía de mesa, yo la hago con el Micro 105 mm - f. 2.8, fijo “ORIGINAL”, sí o sí.

Y la lente que siempre llevo en la cámara es el 24 mm, es mi preferido para las fotografías en general, sin descartar el irreemplazable normal de 50 mm, pero f. 1.1.4.

Estimo que para cada ocasión hay que tener una cámara, ahora hay cámaras medianas de gran calidad, con sensores grandes y posibilidades similares a las réflex, graban en RAW, tienen buenas lentes, visor directo, zoom, flash, filman en Full HD y lo más importante, no llaman la atención, y podemos pasar inadvertidos, además de servir para comenzar a hacer fotografía en serio.

También están las compactas que son aún más pequeñas, las hay de muy buena calidad y muy cómodas, mis preferidas son las denominadas “TODO TERRENO”, se pueden llevar a lugares extremos sin problemas.

Para darme los gustos tengo una cámara Rolleiflex año 1956 con lente 80 mm Planar 2.8, formato medio 120 mm, está es considerada la mejor versión de la Rolleiflex. Estimo que todavía la fotografía digital no ha logrado superar a los negativos monocromo, revelo mis propios rollos, los escaneo y termino el revelado en la PC, a esto se lo llama técnica mixta, es apasionante y los resultados excelentes. En cambio, las técnicas digitales superaron ampliamente a los negativos color que no eran buenos, muy superior fueron las transparencias o diapositivas color del pasado.

Las cámaras que no me gustan son la de los teléfonos celulares, hay solo un par de marcas que se pueden considerar relativamente aceptables, el resto con sus lentes de “plástico” son terribles, espero que en el futuro esto mejore, yo la uso como apuntador, tomo la foto del lugar como referencia a donde tengo que ir para hacer la fotografía definitiva, en la pantallita del celular se ve todo muy bonito y hasta en el monitor de la PC, pero que pasa cuando se imprime?, además carecen de flash potentes y en interiores con poca luz siempre todo sale mal. Hasta hoy ningún teléfono celular puede reemplazar una cámara, ni siquiera compacta, pero la gente insiste.

Recomiendo que, si han gastado una buena suma de dinero en un equipo réflex, seleccionen la opción manual, para qué tanta inversión y usar siempre automático, tiene poco sentido. Las buenas fotografías las hacen los buenos fotógrafos y esa es la satisfacción, además es mucho más fácil. El automático es engorroso, es para emergencias o fiestas de cumpleaños, conozco muchos fotógrafos y algunos de ellos profesionales, que utilizan esas importantes cámaras sólo en Auto porque le tienen miedo a la opción manual, esto es realmente una pena, a mí no me gusta que la cámara haga lo que ella quiera y yo no pueda controlarlo.

Hay algo para tener en cuenta, a mucha gente no le gustan las fotografías con flash frontal, a mí tampoco, tardé mucho en convencerme que estaba equivocado, hay veces que no tenemos otra opción para congelar un instante irrepetible por ejemplo en el deporte bajo techo.  Adquieran un muy buen flash portátil, que sea potente, lo van a necesitar se los aseguro, pero tiene que ser muy bueno y si es el original de la marca de su cámara mejor, porque trabajan en sintonía. 

Recuerden que del flash dependerá la calidad final de sus fotografías en situaciones extremas que lo requieran.

FOTÓGRAFOS

Veo con sorpresa que la mayoría de los fotógrafos hoy que son entrevistados en las revistas del medio, siempre dicen que “son autodidactas”, parece que tienen vergüenza de decir que tuvieron profesores, entonces yo debo ser uno de los pocos que ha realizado cursos de todo tipo y, en los últimos años, también de revelado y edición digital. Y quiero hacer muchos más, el método de ensayo y error está bueno para cuando uno sabe mucho, hay diversos programas, a veces los combino para una fotografía, Corel, Lightroom, Photoshop, Camera Raw, Bridge y otros. Leo mucho sobre distintas técnicas, fotografía infrarroja, HDR, etc.

Los fotógrafos que en la actualidad más me gustan son los españoles, altísima calidad de imágenes, excelentes composiciones y un sabio manejo de los programas de revelado digital, por consiguiente, el resultado es magnífico, todo un placer para los ojos, por supuesto que los fotógrafos argentinos también son históricamente excelentes.

Los Procesos Especiales siempre me gustaron, analógicos o digitales, no sé por qué motivo la gente desmerece esta disciplina, como si fuera fácil o los programas hicieran solos el trabajo. Hay que estudiar mucho y tener mucha habilidad, además de talento para crear imágenes que puedan calificarse de “foto arte”.

Escucho decir esa foto tiene Photoshop como descalificándola, me gustaría desafiarlos a usar correctamente este programa, que por otra parte es infinito y nunca se sabe realmente cuánto se aprendió.

Veo con agrado que hay una camada nueva de muchachos muy jóvenes, con una marcada creatividad, además manejan los programas con una pericia envidiable, nacieron en la era de las PC y jugaron con ellas desde muy chicos, hoy son fieras, hacen fotografías maravillosas. Conozco tres o cuatro de ellos que no llegan a los 30 años, tienen un futuro muy prometedor y eso me alegra, como Iván Herrera, Agustín Pérez Mestre, Francisco Karothy, etc. También aprendo mucho de ellos e intercambiamos experiencias, lo que más me asombra es el talento que tienen y que a su criterio técnicamente nada es imposible.

MIS PREFERENCIAS

Siempre me gustaron los audiovisuales y documentales, desde muy chico me escapaba a un cine en la calle Florida que creo se llamaba Novedades y pasaban en continuados noticieros “UFA” y documentales de todo el mundo, también cuando en el colegio avisaban que iban a dar un audiovisual me sentía muy feliz.

Desde el año 2000 comencé a estudiar sobre fotografía antigua, hice cursos y fui a muchas charlas y me interesé en la Historia Argentina, actualmente trabajo intensamente en el tema y tengo un banco de imágenes históricas muy grande, preparo distintas presentaciones que pretenden relatar la historia con fotografías y muy poco texto, solo una pequeña descripción. Además, estudié restauración y retoque digital, justamente para presentarlas con mejor aspecto, pero sin alterar su esencia.

A la fotografía muchos la llaman la “máquina del tiempo”, su invento se dio a conocer al mundo en la Academia de Ciencias de París el 19 de agosto de 1839, relativamente hace muy poco tiempo, qué bueno hubiera sido tener fotografías de Jesucristo o de la construcción de las pirámides de Egipto.

Soy un profundo admirador de los pioneros de la fotografía sobre todo en nuestro país, desde la técnica del Daguerrotipo en adelante, como el portugués Christiano Junior, el italiano Benito Panunzi, el suizo Samuel Rimathé, el estadounidense Charles Fredricks, uno de los primeros en tomar daguerrotipos en exteriores de Buenos Aires, el excelente argentino Samuel Boote, y tantos más, sus sacrificados trabajos, ambulando con laboratorios en carros a caballo por todo el país, con equipos pesadísimos, 20, 30 kg. o más, con complicadas y engorrosas técnicas, gracias a ellos hoy sabemos cómo era la Argentina del siglo XIX.

Pero, hay fotógrafos que me conmueven intensamente, el francés Eugène Atget (1857-1927), el húngaro Brassaï (1899-1984), Charles Marville(1827-1879) que en la categoría de Grandes Maestros adjunto a este sitio y recomiendo ver, además por supuesto, el insuperable gran maestro argentino, también denominado “El Abuelo de la Fotografía Argentina” el Señor Horacio Coppola. En este sitio tengo una Sección de los Grandes Maestros donde resumo su vida y exhibo algunas de sus obras.

Bueno, esto es todo, no tengo una trayectoria rutilante como otros grandes fotógrafos, pero hago lo que más me gusta, es mi auténtica pasión en esta vida, trato de estudiar y perfeccionarme cada día más y me gusta compartir mis fotografías con la gente desde este sitio.

Gracias por su atención, gracias por su visita, ante cualquier consulta no dude en contactarse conmigo.

Jorge Monetta

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