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H. al Amigo


 

 

 

 

 

 

 

"Homenaje al Amigo"

La historia de mi fotografía más querida

 

A principios de los años 80, viaje por trabajo a la provincia de Salta con un gran amigo, Jorge Lima, fue como mi hermano mayor, y decidimos ir a Cachi que está a 157 Km y a 2.280 metros sobre el nivel del mar, era un día de diciembre muy lluvioso y de pronto entre la nubes, en el camino, aparece como un fantasma, una capilla y una cruz muy grande de madera, justo en el borde del precipicio, después me enteré que se llamaba “La Cuesta del Obispo”.

Viajaba con dos cámaras fotográficas, la mía y otra que había sido de un gran amigo que fue también un hermano por elección, aquí tengo que hacer un alto para explicar algo.

Ese gran amigo se llamaba José Ricardo Gómez Remedi, entrañable y querido por mí, era un tipazo, era único. El tenía una cámara Fujica réflex, y yo a modo de broma siempre le criticaba su cámara y le decía que la mía era mucho mejor, se enojaba y defendía la suya con vehemencia.

Un día decide comprar otra de una marca también reconocida y más moderna, pero tenía que vender la Fujica, entonces Jorge Lima le dice que la quiere y así fue.

Al día siguiente de comprar la nueva, José Ricardo se fue de pesca a la laguna de Junín, coincidentemente Jorge tenía campos muy cerca de allí, debido a una feroz tormenta, el bote se dio vuelta y José Ricardo falleció.

Fue el 16 de agosto de 1980, fue inexplicable mi dolor que perdura hasta hoy, Jorge fue testigo de esa situación, a los pocos días se me acercó y me entregó la cámara que le había comprado a José Ricardo y me dijo, esto tiene que estar con vos. Sin palabras.

Continúo; viajaba con dos cámaras, en la mía tenía película monocromo y en la Fujica película color, cuando vi semejante paisaje bajé del auto y bajo la llovizna comencé a tomar fotografías con las dos cámaras, en una de esas tomas se cruza Jorge en el plano sin querer y seguí disparando, continuamos el viaje e insólitamente había un cartel que decía, “le garantizamos 360 días de sol”, llovía a cantaros.

Volvimos y me puse a revelar los rollos, armé unas copias en monocromo, pero no me cerraban, la presenté a un Salón y me la rechazaron, tenían razón, no era buena.

Pasaron un par de años y se acercaba un Salón en el Foto Club Buenos Aires, me puse a buscar negativos para hacer algo y me encuentro los negativos color de La Cuesta del Obispo que había copiado solamente en 9 X 13, una me gustaba mucho, pero era color y yo la quería en blanco y negro, en fotografía es pecado mortal copiar directamente negativo color en papel monocromo, pero tenía un sobre de papel RC 30x40 grado 5, alto contraste, comencé a hacer pruebas y en el laboratorio compuse la fotografía, apantallando y corrigiendo las luces, después de varios días lo había logrado, tenía una foto que me parecía mejor que todas las demás y de un negativo color, insólito.

Como la había sacado con la cámara que había sido de dos grandes amigos y en la imagen estaba uno de ellos, Jorge, además estaba la capilla con esa cruz que simbolizan mi fe en Dios, la titulé, “Homenaje al Amigo”, eran tres cosas muy importantes en mi vida.

La presenté en el Salón y me acompañó al juzgamiento otro grande, Alfredo Muzio, amigazo, cuando comenzó el juzgamiento y llegó el turno de mi foto, el jurado la miró detenidamente hicieron comentarios en voz baja y la apoyaron a un costado en una mesita, pensé, ya me bocharon, considerando que uno de los jurados era el gran maestro y exigente D. Feliciano Jeanmart, nombrado “Excelencia FIAP” por la Fédération Internationale de l´Art Photographique. Bueno siguieron con las demás fotografías, tardaron como dos horas en seleccionar las premiadas, pero a la mía no la volvieron a tocar, estuve a punto de irme, cuando el vocal anuncia que el juzgamiento había finalizado, quedaron seleccionadas alrededor de 15 obras solamente, comenzaron a colocarlas en los paneles de la pared en el orden de importancia y mi foto seguía en un costado “olvidada” sobre una mesa.

Entonces el vocal le pregunta al jurado si la primera era 1° Premio y responden, no, es 2° Premio, acto seguido uno de los jurados levanta mi fotografía “olvidada” sobre la mesita, la colocan delante de las demás y anuncian que la mía era el 1° Premio.

Quedé congelado, yo deseaba que fuera premiada por el contenido sentimental que para mí tenía, pero 1° Premio, jamás me lo hubiera imaginado, había otras fotografías excelentes.

Tengo que hacer una aclaración, José Ricardo hacía espeleología, fanático de las cuevas y cavernas, siempre me decía no mates los murciélagos espántalos con toallas o trapos, pero no les hagas daño, ellos se comen todos los insectos, el los amaba.

En el instante que anuncian mi premio me avisan de secretaría que tenía una llamada telefónica, me pareció muy raro, voy al teléfono y era mi mujer a los gritos, que había entrado un murciélago en casa.

Alfredo que estaba conmigo no lo podía creer, me acompañó a mi casa para espantar ese animalito, que era muy feo y se fue volando por la ventana.

Cuantas casualidades, ¿no es cierto?

Ese fue mi primer y único 1° Premio, en fotografía hasta hoy 2014, tuve suerte y muchas distinciones, nacionales e internacionales y quizás de mayor importancia, pero nunca más un 1° Premio y está bien que sea así, porque esa foto fue y es única.

El 27 de septiembre de 2013 falleció repentinamente Jorge Lima, mi hermano mayor, cuánto dolor, cuando respiro siento que me ahogo,  en la imagen él está parado accidentalmente mirando la cámara y es el único de los homenajeados que se puede ver.

Tengo muchas fotografías, pero esta es la que más quiero y tuve que aceptar que estaba equivocado, esa cámara Fujica era mejor que la mía y además siempre me lo dijo mi amigo José Ricardo, o no?

Hoy esa vieja cámara todavía sigue conmigo, impecable y es el objeto más “valioso” que tengo. -     

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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